Las personas suelen decir que todo
tiempo pasado fue mejor. Por eso el dicho popular: "Todo tiempo pasado fue
mejor", aunque no siempre sea así, ya que cada etapa de la vida tiene sus luces
y sus sombras
A medida que avanza la vida, el ser
humano adquiere más y mayores responsabilidades y al llegar al umbral de la
vejez, por razones obvias, se debilitan las facultades físicas y mentales, pero
esto no significa que la juventud es mejor que la vejez y que la niñez es la
mejor de todas las etapas de la vida.
Algunos aspectos dolorosos a los
que tenemos que enfrentarnos con el paso de los años, son las enfermedades y la
muerte de nuestros seres queridos, pues esos episodios forman parte del
sufrimiento que es inherente a la existencia.
Si nuestros bienes
materiales no forman parte de una herencia o del azar, como por ejemplo, el
premio de una lotería, debemos admitir que el dinero es una forma de tiempo
trabajado y que éste nos será de gran utilidad cuando nos falte la energía para
trabajar como lo hacíamos en la juventud, cuando nos cansábamos menos y
necesitábamos menos horas de descanso.
La vejez es
menos penosa con dinero, con el cual podemos cuidar mejor nuestra salud y
también gozar de cosas que antes, por falta de tiempo, no
disfrutábamos.
No podemos negar que
todos los seres humanos deseamos ardientemente conservar la juventud, pero lo
máximo que podemos hacer es retrasarla un poco, llevando una vida sana y
disciplinada.
No es razonable
negar que la comodidad que adquirimos gracias al dinero, así como tener más
energía física y mental, es más placentero que no
tenerlas.
Es cierto, el dinero no compra la
felicidad, pero tener lo suficiente para sufragar un poco más que los
gastos, indudablemente es mejor que vivir en la indigencia.
José M. Burgos S.
Me gusta mas ser Joven que viejo.Es mas importante la edad,que el dinero.Con la vejez se pierde todo.
ResponderEliminarQuerido Burgos, cuando uno dice que el tiempo pasado fue mejor, claro que se refiere uno a cuando era joven, cuando no tenía problemas económicos, cuando la vida era paseo y alegría, y aunque no tuviéramos las comodidades que ahora tenemos, todo era bueno, todo se disfrutaba. Al pasar de los tiempos, va uno agrandando ese pasado, lo hace uno bello – aunque no haya sido tan bello -, lo añora uno, y se nos mete en la cabeza que ese pasado era lo mejor de nuestras vidas.
ResponderEliminarPero hay otra realidad, por ejemplo, mi madre que era asturiana y llegó a Cuba a los 17 años, no añoraba ese pasado porque ella se había criado con hermanos mayores y las mujeres de los mismos, que no eran buenos con ella, y por eso ella había dejado atrás todo eso que le dolía. Sin embargo, mi padre, también asturiano, que tuvo una niñez y una juventud muy buena porque su padre era rico, siempre me hablaba de los paseos, de la ropa, de la opulencia. Y si, tienes razón, muchas veces el dinero contribuye a la felicidad.
Gracias a ti y a Julio, por este escrito pegado en su Web.
Martha