Es normal que algún tipo
de fobia atormente a las personas, pero hay unas
más persistentes que otras.
La gerascofobia se conoce como
el miedo profundo e irracional a envejecer, ya que no pueden
aceptar la idea de que éste es un proceso natural de la vida en el que, en
mayor o menor grado, hay un declive en la apariencia física -arrugas, manchas en
la piel, canas o pérdida del cabello, etc.-, y también las facultades físicas
-pérdida de la fortaleza, vulnerabilidad a los quebrantos de salud, disminución
en la visión y la audición, entre otras- y mentales -pérdida parcial de la
memoria-. Pero ése es el precio que debemos pagar quienes llegamos a edades
avanzadas.
Esta fobia, aparece al comienzo
sutilmente, como una pequeña inquietud hacia el envejecimiento, pero después se
convierte en una obsesión hasta el punto de convertirse en una profunda y
severa ansiedad que puede llevar hasta el suicidio, por lo cual, algunas
veces, estas personas requieren ayuda profesional.
Muchos recurren a diferentes
métodos con la vana esperanza de permanecer jóvenes o lucir menos
viejos, como por ejemplo: costosas cirugías estéticas, cremas y
maquillajes caros, tinturas para el cabello y otros recursos en infructuoso
intento por retrasar lo que, tarde o temprano llegará, la
vejez.
El terror a la vejez es un
fenómeno que, según especialistas, se ha incrementado a partir de la década de
los 60, cuando laboratorios especializados en cosmetología,
dermatólogos y cirujanos estéticos quienes, al percatarse de la
gran preocupación que manifestaban muchas personas ante la inminente
llegada de la última etapa de la vida, incrementaron la producción de
cosméticos, la cantidad de gimnasios, las promociones de cirugías estéticas y
las dietas especiales, supuestas fuentes de la eterna
juventud.
Está muy bien que la gente se
preocupe por su apariencia física y mental. Por eso, hoy en día, personas
de sesenta, setenta u ochenta años de edad se ven muchísimo más jóvenes que
personas que tenían la misma edad hace cincuenta años, pero lo que no
está bien es rechazar la vejez más allá de lo razonable.
Todas las etapas de la vida, aunque
tengan sus inconvenientes, también tienen sus encantos.
José M. Burgos S.
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