Seguros, salarios y bienestar

Una familia modesta “X” compuesta por dos adultos y dos niños, en la que trabajen los dos adultos y ganen un salario de $10 por hora (en el estado de la Florida el salario mínimo es de $7.79) 40 horas a la semana, tendrán una entrada en conjunto de $3,360 al mes, menos el 15% de impuestos la entrada neta es de $2,856.

Si en la casa hay dos autos (algo normal en cualquier familia en Miami), pagarían por concepto de seguros al menos $300. Un apartamento de dos habitaciones paga por asociación y seguro $300 al mes. Un seguro médico para dos adultos y dos menores no es menos de $600 al mes. O sea, la familia “X” paga por seguros de autos, casa y salud al mes $1,200, que representan el 42% del dinero real que recibe. El resto de sus necesidades tendrán que asumirlas con los restantes $1,600: alquiler o hipoteca, no son menos de $800; gasolina, agua electricidad, alimento, medicina, ropas, etc. ¿Quién puede vivir con una economía así?

No todas las familias tienen una entrada de $2,856 al mes; mucha gente subsiste con salarios, pensiones o retiros menores. Los grandes empleadores no le permiten a una gran cantidad de empleados trabajar 40 horas al mes, y en muchos hogares solamente trabaja uno solo de la pareja.

La escena social y económica que tenemos es la siguiente: Familias “X” como la del ejemplo presente, que a pesar de no ser desempleados tienen que acudir a la ayuda social para poder subsistir, convirtiéndose en una carga pública para el estado. Mientras, sus empleadores reportan ganancias en la bolsa de valores. Un gobierno que protege y permite esta economía tercermundista, calla y admite sin hacer nada por buscar soluciones a un problema tan serio. ¿Cómo puede subsistir modestamente una familia, donde casi el 50% de sus ingresos tiene que gastarlo para pagar seguros?

A partir del próximo año, los seguros de autos, casas y salud, la electricidad, el agua y otros servicios públicos subirán sus precios autorizados por nuestros representantes, que justifican, legalizan y autorizan estos aumentos injustos e injustificados especialmente en los seguros, sin importarles cómo viven o subsisten las familias “X”.

José M. Izquierdo