Existen muchas causas que
podrían llevar a la quiebra a los sistemas actuales de salud, no sólo de
Estados Unidos sino en el mundo entero dentro de los próximos veinte años, y lo
triste, es que nosotros mismos somos en parte
culpables.
El altísimo costo de las
medicinas y las investigaciones tendientes a encontrar curas para diferentes
enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson, el cáncer y el SIDA, entre otras
que azotan a la humanidad, pueden llevar a la quiebra a cualquier sistema de
salud.
Pero lo más grave es el
fraude y el loco e insaciable afán de enriquecimiento por parte
de las industrias farmacéuticas cuyas utilidades son
astronómicas.
Hay enfermedades que
atacan a personas que no son responsables de adquirirlas, pero otras sí son
el resultado de la irresponsabilidad, como el SIDA, algunos tipos de cáncer que
se adquieren por fumar a sabiendas de que el tabaco es nocivo para la
salud, entre otras.
Los narcóticos arruinan
moral y físicamente a los drogadictos, el tabaco acaba con la salud y muchas
veces, con la vida.
La felicidad no
se debe adquirir a través de vicios destructivos que quizás
generan dicha por cortos períodos de tiempo, pero que a la larga no dan
felicidad, causan desdicha, ni dan la libertad,
esclavizan.
¿Para qué convertirnos en
tristes estadísticas y enriquecer a otros a costa de nuestra
salud?
José M. Burgos
S.
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