En política, cuando no hay algún candidato de dónde escoger, la gente
se vuelve apática. Es decir, que pierde el interés en el futuro porque piensa
que todo seguirá igual o peor, ésa es una de las causas del gran abstencionismo
que se presenta en algunos países. No votan por ninguno de los dos candidatos,
porque han perdido la fe y con ella, la esperanza.
Y
este país no es la excepción.
Cuando una persona pierde su empleo después de muchos años de trabajo
y comienza a buscar uno nuevo y no sólo no encuentra algo similar al que tenía y
ni siquiera uno inferior, esta persona comienza irremediablemente a frustrarse,
a desesperarse, a perder el interés y a caer el tedio y la apatía que algunas
veces conduce al suicidio.
Así hay mucha gente deambulando por las calles, y no nos percatamos,
son personas que no saben a dónde ni a quién recurrir, pues cada día se les
cierra más el círculo y llega el momento en que ni siquiera tienen para la
gasolina.
¿Qué pasa cuando a una persona se le agotan sus ahorros y el subsidio
de desempleo?
A
veces, lo que aparenta ser un horrible accidente automovilístico, no es más que
un suicidio.
Querámoslo o no, este país dejó ya hace varios años de ser una
potencia industrial. Las fábricas han sido trasladadas a otros países donde la
mano de obra es más barata y por eso, es muy raro ver en las etiquetas de los
diferentes productos el avisito que decía "Made in USA".
Y
un país que importa más de lo que exporta, está condenado a la
bancarrota.
El anterior gobierno fue pésimo, lo único que hizo fue generar
guerras que desangran a los pobres y enriquecen a los poderosos; el actual
gobierno sólo se ha preocupado por favorecer a los ricos a costa de los pobres,
nunca antes le habían negado a los pobres un aumento a sus raquíticas pensiones
para compensar en algo el altísimo precio de la canasta familiar. Y no sólo se
les negó un año, fueron dos años consecutivos, ¿Por qué hay que castigar a los
más pobres por errores que no han cometido? ¿Por qué no se castiga a los
corruptos e ineptos políticos?
Yo hace ya mucho tiempo dejé de creer en demócratas o republicanos,
todos son cortados por la misma tijera, para mí lo que cuentan son los hechos
concretos, no la charlatanería ni las falsas promesas.
El independiente no se fanatiza, no se apasiona, ve las cualidades y
los defectos, no tiene ídolos, ídolos de barro.
A
los candidatos que aspiran a la primera magistratura debería exigírseles que
presenten una hoja de vida clara en la que se pueda escudriñar su pasado y saber
en realidad cuáles han sido sus éxitos en favor de la gente, pero también sus
fracasos. Del mismo modo, deberían estar obligados a explicar claramente y sin
rodeos, cuáles son sus proyectos concretos en aras de mejorar la calidad de vida
de los inválidos y de los pobres jubilados que están a punto de morir de
inanición, pues jamás los mencionan como una de las grandes prioridades dentro
de sus planes de gobierno y se concentran en atacarse el uno al otro como
queriendo decir, "él es un demonio y yo el ángel salvador".
Antes de ejercer nuestro sagrado derecho al voto, debemos escudriñar
y votar a conciencia sin dejarnos llevar por la pasión.
Ser demócrata o republicano no es sinónimo del bien y el mal.
José M. Burgos
S.
Excelente post.
ResponderEliminarSaludos
Espe