El pasado 11 de julio, Marc Frank, corresponsal de la agencia Reuters en Cuba, publicó un notable reportaje sobre el centro cultural “El Cabildo”, un club de 130 empleados que “sería la mayor empresa privada de la ciudad”.
Fundado por Ulises Aquino, un barítono de 50 años que también fundó la “Opera de la Calle” en el 2006, “El Cabildo” fue un pionero en esta iniciativa de poner a trabajar a artistas por cuenta propia en una especie de Broadway o cabaret cubano de añeja tradición: bajo el amparo del Ministerio de Cultura juntó las licencias de tres restaurantes e instaló unas 150 sillas en un local abandonado y medio ruinoso de las desmanteladas instalaciones portuarias de La Habana.
El negocio prosperó en poco tiempo y Ulises pudo pagar a sus empleados sueldos de entre 1.800 y 2.000 pesos al mes, un salario cuatro veces superior al promedio de Cuba. Los clientes de “El Cabildo” pagaban 50 pesos la entrada, equivalente a dos dólares, mientras que a los turistas se les cobraba 10 dólares de domingo a jueves y 25 dólares por el programa cultural de los fines de semana.
Pero Aquino Guerra tuvo la mala suerte de que “El Cabildo” empezara a llamar la atención y de que Reuters se lanzara con un titular grandilocuente: “En Cuba, un cantante de ópera construye un imperio”.
Así que 10 días después de aparecida la nota, el 23 de julio, la Directora de Trabajo del Municipio Playa dictó resolución 29/2012 resolviendo “Retirar a Ulises Aquino Guerra la autorización para ejercer como trabajador por cuenta propia… porque se comprobó el cobro de un cover de 2.00 cuc o 50 pesos en moneda nacional durante el espectáculo que ofrece la Compañía Opera de la Calle, la cual está subvencionada por el Ministerio de Cultura, cuyos ingresos son utilizados para beneficio personal. (Entre otras ilegalidades)”.
El fin, que Nadie Regal —la Relaciones públicas de Opera de la Calle— avisa hoy de que la Programación de Verano de “El Cabildo” “queda suspendida por causas ajenas a nuestra voluntad” y que nos espera “el sábado 25 de agosto a las 8:00 pm en el Teatro Karl Marx en el estreno de nuestra nueva producción 1959.” Lo que sigue es la Carta pública de protesta firmada por Ulises Aquino Guerra, que está circulando por la Internet cubana. (N. del E.)
Cra Directora:
Tengo el deber ético de responderle, lamentablemente a usted, penoso instrumento utilizado por otras fuerzas incapaces de mostrarse públicamente, y que esconden sus verdaderas intenciones detrás de las facultades que a usted le han conferido.
Me irrespeta la Resolución No 29/2012, demuestra el sentir de quienes la manipulan respecto a nuestro éxito en el trabajo y sus resultados.
Usted afirma que los ingresos son utilizados para beneficio personal.
Los ingresos de la Opera de la Calle son repartidos entre todos sus artistas, técnicos, administrativos y personal de apoyo, un ejército de mas de 80 personas, incluido yo, creador y fundador de esta maravillosa agrupación, que lamentablemente el exceso de trabajo no le ha permitido a usted conocer, pero el pueblo de Cuba sí la ha visto en las calles, en los parques, en las ferias, en los Congresos, con los médicos, con los pobres, con los niños sin amparo filial, con las mujeres en la FMC, en las Unidades Militares, en los Consultorios.
Todos esos artistas entregan su arte con la subvención del Ministerio de Cultura, pero como bien expresara nuestro Presidente, los salarios no se corresponden con el costo de la vida actual.
¿Sabe por que repartimos ese cover entre todos?
Porque entre todos pagamos nuestros instrumentos musicales, nuestra promoción, nuestros micrófonos, nuestro transporte, nuestro vestuario, nuestras luces, nuestro audio, nuestro combustible, porque nos ganamos la vida con nuestro propio esfuerzo, porque nosotros mismos nos proporcionamos nuestro trabajo, y además pagamos impuestos altísimos a ustedes, cuyos salarios lo pagamos todos los que aportamos al Estado.
Ese cover del cual usted me acusa que es para beneficio personal, cubre también las emergencias, los almuerzos, las meriendas, de todos los artistas, técnicos y administrativos de Opera de la Calle, sus problemas personales, familiares, de sus viviendas, de sus hijos, y de sus padres, eso es fácil de saber, preguntándole a los integrantes de la Compañía.
Un reportaje inexacto de una agencia noticiosa extranjera ha desatado una cacería en mi contra, y ha dado
oportunidad a los que sienten el único sentimiento que no se confiesa, la envidia, de poder desatar su dolor irresistible. Han enviado un comando de Inspectores a interrumpir nuestra presentación de este sábado en presencia de un numeroso público de norteamericanos y cubanos invitados del Memorial Martin Luther King.
Me han interrumpido en el escenario, y estupefactos vimos ingresar en “El Cabildo” ese ejército de Inspectores, comandados por un arrogante Jefe, Director del DISC, que se identificó diciendo que este era un encargo de la Presidenta del Consejo de la Administración Provincial.
Como si no existieran métodos y formas diferentes para no ultrajarnos, y muy parecido a los allanamientos nazis, llegaron a las diez de la noche creando confusión y temor entre todos los presentes, principalmente entre los artistas en el escenario, y entre mis hijos presentes. Un método muy revolucionario y novedoso para construir disidentes, pero lamentablemente sembrando en campo equivocado.
Los que ostentan un puesto público reciben del contribuyente un salario, mayor o menor, pero absolutamente improductivo, los casos de corrupción administrativa no se han producido entre los artistas sino entre ustedes, los colocados a manejar el erario público, los que sin producir nada tienen casos alarmantes cada día.
Dice el poeta: “…quien cuestiona al honrado, señal clara de que no lo es”, y dice el proverbio “…piensa el ladrón que todos son de su condición”.
“El Cabildo” se construyo con mis manos, con mis medios, los que no le robé a nadie, los que puse a disposición de la sociedad, como hombre de pueblo, mi casa la construí yo, también con mis manos, y todo el mundo me vio, no me la dieron, mi carro lo compré con el fruto de mi garganta, y mis ingresos han sido ganados con mi trabajo en el mundo entero.
Los que la han envuelto en esta trama temen que el obrero, el intelectual, y el artista encuentren un camino productivo propio, no son revolucionarios, son conservadores, disfrutan la comodidad del poder, que sólo les sustenta la facultad, como esta, de decidir sobre las obras humanas, para destruirlas no para potenciarlas.
¿Cuántos de ustedes han construido una obra como “El Cabildo” con sus manos?
Los más prolíferos han construido muy mal con el dinero del pueblo.
Yo no soy gastronómico, soy artista; mi intención fue brindarle a nuestro pueblo un poquito más de
entretenimiento, de cultura, y que las ofertas gastronómicas estuvieran al nivel de nuestra Compañía, que no se robaran las cosas que se ganaran la vida con el trabajo limpio y el buen servicio.
Una última cosa, yo no necesito beneficiarme del trabajo de los demás, porque soy rico, muy rico, millonario, y lo soy no en dinero, sino en espíritu.
Quien ha logrado reunir millones de personas en multitudes, con su garganta y con su obra creativa, es mucho mas rico que el que guarda en su casa o en el banco millones en dinero.
El que con su obra consigue alegrar la vida de la gente es más que rico, porque la satisfacción se cuenta mejor que el dinero y dura más tiempo.
Lo que he creado para nuestro pueblo pude haberlo creado en cualquier otra parte del mundo, donde por cierto, pagan más en dinero.
Maestro Ulises Aquino
Distinción “Por la Cultura Nacional”.
Diploma “Amadeo Roldan” Por los aportes al desarrollo de la música cubana.
Diploma Nicolás Guillén “Por los aportes al desarrollo del Arte y la Literatura cubanas”.
Orden María Teresa Vera.
Distinción Gitana Tropical.
Hijo Ilustre Adoptivo de Holguín.
Artista Emérito ANIE.
Y todavia hay comemierdas que quieren dialogar con una dictadura...
ResponderEliminarFrank Resillez