Abraham Lincoln (1861-1875)
El presidente que reconcilió el país.
El primer presidente republicano es la causa de que el país siga llamándose Estados Unidos y no otra cosa. Ganó la guerra a los confederados que pretendía la secesión de los estados del sur esclavistas y decretó la Proclamación de Emancipación, que abolía la esclavitud y liberaba a los cerca de cuatro millones de negros que había entonces. No logró acabar con la segregación racial que soñó un siglo después Martín Luther King.
Franklin Delano Rossevelt (1933-1945)
El presidente que rescató a la economía (y al mundo).
El demócrata, además de ser el hombre que más tiempo ha gobernado en EU (12 años tras ser reelegido cuatro veces), vivió el periodo más tumultuoso del siglo XX, desde la Gran Depresión tras el crack de 1929 a la Segunda Guerra Mundial provocada por la expansión del nazismo de Hitler. A la primera tragedia planteó un “Nuevo Contrato” para reanimar la economía (“New Deal”) y al segundo envió todo el poderío bélico de la que ya emergía como primera potencia. La liberación de Europa acabó además con el primer genocidio implantado para exterminar a un pueblo: el de los alemanes contra los judíos.
Bill Clinton (1993-2001)
El presidente que se acercó a los hispanos.
El segundo demócrata reelecto desde Roosevelt dejó a los estadunidenses un bochornoso espectáculo de sexo oral en la Sala Oval de la Casa Blanca, pero también el mayor superávit de la historia (su sucesor, George W. Bush, dejará de herencia el mayor déficit de la historia), más cobertura social a las minorías y más derechos a las comunidades hispanas, a las que, a diferencia del mandatario, Bush emprendió redadas generalizadas. También a diferencia de Bush el poderío bélico fue usado para derrotar la agresión del serbio Milosevic sobre las minorías yugoslavas —musulmanes de Bosnia y Kosovo— y no en venganza y mintiendo como en Irak.
- Ronald Reagan (1981-1989).
El presidente más popular (aunque sólo entre sus compatriotas).
Introdujo la ideología neoconservadora en su primer mandato, con recortes de impuestos y apoyo a gobiernos neoliberales en todo el mundo, lo que le incidió en la expansión de una burbuja financiera y en el respeto internacional ante el fortalecimiento de la primer potencia frente a la decadencia del imperio soviético, que devolvió la confianza entre sus compatriotas y una enorme popularidad, al extremo de convertirlo en el presidente que ganó en su reelección el mayor número de estados (48 de 50).
- John Fitzgerald Kennedy
(1961-1963).
El presidente más carismático.
De los 42 hombres que han gobernado EU ninguno alcanzó el carisma del demócrata miembro de un clan legendario, que ascendió a la categoría de mito cuando fue asesinado en Dallas en 1963. Frente al hermetismo y autoritarismo del mundo soviético, representó el símbolo del mundo libre. Evitó que la “crisis de los misiles” en Cuba degenerara en una tercera guerra mundial, aunque su intento de invasión de Cuba a través de Bahía Cochinos fue un fiasco. Sus herederos creen que ese aire fresco e ilusionante de JFK se ha reencarnado en el Democrata Barack Obama.
Abraham Lincoln habría entendido bien los desafíos que hoy encaran los países emergentes. En los EE.UU. de Lincoln, al igual que en muchas actuales naciones en desarrollo, cambios económicos arrolladores amenazaron industrias antiguas, estilos de vida tradicionales y la cohesión social y nacional, porque la economía y la sociedad estaban expuestas a nuevas y poderosas fuerzas competitivas. Incluso en medio de la sangrienta y costosa Guerra Civil, y en parte debido a ella, Lincoln y el congreso republicano promulgaron una audaz legislación que ayudó a establecer un enorme mercado nacional, una economía fuerte y unifi cada gobernada por instituciones nacionales, y una naciente clase media de empresarios y propietarios. Resolver cómo maximizar los beneficios de la globalización al tiempo de minimizar sus trastornos es un enorme desafío para los encargados de las políticas públicas. Tal vez sería útil recordar los principios que guiaron las políticas de Lincoln y el congreso republicano cuando llegaron al poder en 1861: -Facilitar la movilidad ascendente de los grupos de ingresos bajos y medios y darles una participación significativa en su país. -Enfatizar que la salud de la economía nacional está por sobre los intereses regionales. -Reafirmar la necesidad de instituciones gubernamentales sólidas para atenuar las dinámicas de un sistema de libre empresa. -Diseñar políticas ajustadas a la situación nacional. -Tener en mente que un período de convulsión puede ser una oportunidad excepcional para reformas. Esos principios alimentaron las reformas que ayudaron a los estadounidenses a lidiar y beneficiarse de los rápidos avances tecnológicos y la rápida integración de la economía del país en el siglo 19. Y pueden contener lecciones para los actuales encargados de políticas públicas que están luchando por integrar a sus ciudadanos a la vertiginosa economía global del siglo 21.
New Deal (literalmente en castellano: «Nuevo trato») es el nombre dado por el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt a su política intervencionista puesta en marcha para luchar contra los efectos de la Gran Depresión en Estados Unidos. Este programa se desarrolló entre 1933 y 1938 con el objetivo de sostener a las capas más pobres de la población, reformar los mercados financieros y de redinamizar una economía estadounidense herida desde el crack del 29 por el desempleo y las quiebras en cadena.
Comúnmente, se distinguen dos New Deals. Un primero, marcado particularmente por los «Cien Días de Roosevelt» en 1933, que apuntaba a un mejoramiento de la situación a corto plazo. Se pueden encontrar, pues, leyes de reforma de los bancos, programas de asistencia social urgente, programas de ayuda para el trabajo, o todavía programas agrícolas. El gobierno realizó así inversiones importantes y permitió el acceso a recursos financieros a través de las diversas agencias gubernamentales. Los resultados económicos fueron moderados, pero la situación mejoró. El «Segundo New Deal» se extendió entre 1935 y 1938, poniendo por delante una nueva distribución de los recursos y del poder en una escala más amplia, con leyes sindicales de protección, la Social Security Act, así como programas de ayuda para agricultores y trabajadores ambulantes. No obstante, la Corte Suprema juzgó numerosas reformas como anticonstitucionales, sin embargo, algunas partes de los programas fueron reemplazadas rápidamente, a excepción de la National Recovery Administration. El segundo New Deal fue mucho más costoso que el primero, y aumentó el déficit público. Por otro lado, a pesar de programas como la Public Works Administration, el desempleo todavía alcanzaba a 11 millones de estadounidenses en 1938.
No hay ninguna prueba de que el New Deal tuviera eficacia en la lucha contra la crisis, que perduró hasta que Estados Unidos movilizó su economía con la Segunda Guerra Mundial. En cambio, su éxito es innegable en el plano social.
William Jefferson "Bill" Clinton. fue el 42º presidente de los Estados Unidos en los periodos de 1993-1997 y 1997-2001, siendo el tercer presidente más joven de la nación. Previamente fue Gobernador del estado de Arkansas entre los años 1983 y 1992. Venció a George H. W. Bush en 1992 y luego a Bob Dole en 1996 por las elecciones presidenciales para los periodos respectivos de esos comicios. Al final de su presidencia, Clinton y su administración dejaban la Casa Blanca con un superávit de 559.000 millones de dólares y una aprobación de su gestión del 66%, la más alta para un presidente de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial.
Durante la administración Reagan, la economía pasó de un crecimiento del PIB del -0,3% anual en 1980 al 4,1% en 1988 (en dólares constantes de 2005) , lo que hizo descender la tasa de desempleo en más de dos puntos, pasando del 7,5% a principios de 1981 al 5,2% en 1989, aunque con máximos del 9,5% en 1982 y 1983. La tasa de inflación, del 13,5% en 1980, pasó al 4,1% en 1988, lo que se consiguió aplicando altas tasas de interés por parte de la Autoridad Monetaria (llegaron a un máximo del 20% en junio de 1981). Esto último causó una breve recesión en 1982, con una caída del PIB del -1,9 y el alto desempleo antes reseñado.
Reagan aumentó de forma muy importante el gasto público, básicamente el militar, que pasó (en dólares constantes de 2000) de 267,1 mil millones de dólares en 1980 (4,9% del PIB y 22,7% de los gastos públicos) a 393,1 mil millones en 1988 (5,8% del PIB y 27,3 de los gastos públicos); la mayoría de esos años el gasto militar estuvo alrededor del 6% del PIB, superando esta cifra en 4 años distintos. Estas cifras no se veían desde el fin de la participación estadounidense en la Guerra de Vietnam, en 1973.En 1981 redujo de manera importante el tipo impositivo máximo, que afectaba a los muy ricos, y que pasó de una tasa nominal del 70% al 50%; en 1986 volvió a reducir el tipo al 28%. Como consecuencia de todo esto, el déficit presupuestario y la deuda pública crecieron en gran medida: la deuda pasó del 33,3% del PIB en 1980 al 51,9% a finales de 1988 y el déficit pasó del 2,7% en 1980 a más del doble en 1983, cuando alcanzó el 6%; en 1984, 1985 y 1986 estuvo alrededor del 5%.
El número de estadounidenses por debajo del nivel de pobreza aumentó de 29,272 millones en 1980 a 31,745 en 1988, lo que significa que, en porcentaje del conjunto de la población, se mantuvo casi estacionario, desde el 12,95% en 1980 hasta el 13% en 1988. Los menores de 18 años por debajo del nivel de pobreza pasaron de 11,543 millones en 1980 (18,3% del total de niños) a 12,455 (19,5%) en 1988. Además, la situación de los grupos de renta baja se vio perjudicada por la reducción del gasto social. También la desigualdad aumentó. La participación en el ingreso total del 5% de los hogares de mayores ingresos pasó del 16,5% en 1980 al 18,3% en 1988 y la del quinto de mayores ingresos pasó del 44,2% al 46,3% en los mismos años. En cambio, la participación en el ingreso total del quinto más pobre pasó del 4,1% al 3,8% y la del segundo quinto más pobre del 10,2% al 9,6%.
Durante la presidencia de Ronald Reagan también se produjo la crisis de las Savings and Loan Association (asociaciones de ahorro y préstamo, un tipo especial de instituciones financieras). El coste final de la crisis se estima que ha supuesto en torno al 160,1 mil millones de dólares, alrededor de 124,6 mil millones de dólares de los cuales fue entregada directamente por el gobierno de los Estados Unidos a través de un rescate financiero, a partir de 1986.
Kennedy puso fin a un período de una estricta política fiscal, relajó la política monetaria para mantener los tipos de interés y estimular el crecimiento de la economía. Kennedy presidió el presupuesto del gobierno primero en superar la marca de 100 mil millones dólares, en 1962, y su primer presupuesto en 1961 condujo a los primeros déficit presupuestarios sin guerra y sin recesión. La economía, que había pasado a través de dos recesiones en tres años y estaba cuando Kennedy asumió el poder, se aceleró notablemente durante su breve presidencia. A pesar de una inflación baja y tasas de interés, el PIB había crecido en un promedio de sólo el 2,2% durante la presidencia de Eisenhower (poco más de crecimiento de la población a la hora), y disminuyó en un 1% durante el último año de Eisenhower. El estancamiento había tomado un peaje en el mercado laboral del país, así: el desempleo aumentó constantemente, pasando de menos del 3% en 1953 al 7%, a principios de 1961.
La economía giró y prosperó durante la administración de Kennedy. El PIB creció en un promedio del 5,5% desde principios de 1961 a finales de 1963, mientras que la inflación se mantuvo estable en torno al 1% y el desempleo comenzó a ceder; la producción industrial aumentó un 15% y las ventas de automóviles saltaron en un 40%. Esta tasa de crecimiento del PIB y la industria continuó hasta alrededor de 1966, y todavía tuvo que ser repetido por un período sostenido de tiempo.
Estos son los Cinco Presidente mejores que hasta ahora recoje la Historia de los Estados Unido.Todos con (un si y un no) con sus problemas y escándalos gobernaron este gran País,que no es fácil.No hay un Presidente que entre a la casa blanca sin "Cana" en la cabeza y no salga blanquito en canas.
Todos ellos han recurrido al gasto publico de sobre manera,unos en tareas Sociales y otros en tareas Militares,quiere decir que para salir de la crisis hay que poner dinero,Como el dicho si no "Arriesga" no ganas.
De lo que no hay duda que el Presidente Bush (hijo) la Historia lo recoje como el Presidente más malo que ha tenido los Estados Unido.Cuando tomo la Presidencia del País,estaba llena de Dinero.Y se lo entrego a Barack Obama en Bancarrota total.
Te felicito mi estimado Julio.
ResponderEliminarELSA PARDO.
Como siempre Julio eres excelente
ResponderEliminarSaludos, Gerardo De Sola
Siempre leo tus escritos en tu Blog.Y aunque en la reseña dices que no eres periodista,tienes un buen sentido de la investigación escrita.
ResponderEliminarJacinta.
Por este escrito todos los presidente hacen lo mismo dinero sobre el gasto publico es la unica manera.
ResponderEliminarRaul.
Aunque sea verdad lo que se plantea yo sigo siendo Republicano.
ResponderEliminarel guajiro.
NO IMPORTA QUE PRESIDENTE ESTE,EL PROBLEMA ES EL COMGRESO DE ESTE PAIS QUE TODOS SON UNOS VIEJO GUITRES.
ResponderEliminarALFREDO.