Para ejercer bien una
profesión hay que dedicarse a ella.
Es lindo suponer que es
posible tener muchas destrezas a la vez y ejercerlas con mucha eficiencia, pero
desafortunadamente, no es así. A lo sumo, podemos hacer una cosa
bien, y a veces, ni siquiera eso.
Un médico, por ejemplo,
puede especializarse en una o más ramas, pero siempre y cuando éstas estén
relacionadas con la medicina. Por lo tanto, si una persona pretende ser
excelente en su profesión u oficio, tendrá que abandonar otras expectativas y
jamás podrá ser tildado de mediocre, todo lo contrario, quizás llegue a ser
una eminencia, porque una sola especialidad puede desempeñarse bien, dos, medio
bien y tres o más, mejor no mirar los resultados.
Ser madre siempre ha sido
una profesión muy complicada y pocas veces reconocida en su real dimensión. Que
siempre ha existido, es cierto. Que no se estudia en
ninguna universidad, también es cierto.
La mujer que quiere
trabajar, atender a sus hijos y ser una buena ama de casa, que se olvide de ser
una profesional destacada. Y si quiere ser una profesional destacada, que se
olvide de ser una buena madre y ama de casa. Una tarea bien ejecutada, es
probable. Representar dos diferentes correctamente, es poco
posible.
Sería muy hermoso poder
decir que una brillante abogada puede ser simultáneamente una gran madre y ama
de casa, pero nos estaríamos engañando porque para ser una buena madre, se
requiere tiempo completo, no tiempo parcial, y para ser una buena profesional,
lo mismo.
Entonces, ¿Qué podemos hacer? O es blanco
o es negro.
José M. Burgos S.
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