domingo, 9 de diciembre de 2012

Tirios y troyanos

Mucho ruido y pocas nueces es lo que está pasando en el Congreso entre demócratas y republicanos sobre el llamado precipicio fiscal.
El país está en una encrucijada y hay que tomar decisiones: suben los impuestos, se cortan beneficios sociales, se limitan los gastos en general o nos vamos por el barranco económico. Los republicanos quieren hacerlo de una forma y los demócratas de otra. Pero sea cual sea la fórmula que se aplique, somos los contribuyentes los que vamos a pagar los platos rotos de tantos excesos y errores de políticos y burócratas del gobierno en el manejo de las finanzas de la nación.
Al final del túnel irremediablemente tendremos: incremento de los impuestos, recortes de servicios y beneficios sociales para todos. Si suben los impuestos a los más ricos, entonces los ricos pasarán esa factura a los consumidores, elevando el precio de los servicios, las mercancías, las rentas, etc.
¿Por qué personas inteligentes, preparadas, con el poder necesario para resolver la situación económica de la nación, no pueden hacerlo? Porque todos están atrincherados detrás de sus intereses partidistas y personales. Todo el mundo sabe que este país necesita una reforma tributaria y reformar los programas sociales.
Pero hay otra reforma que no puede esperar más, y es el complemento necesario de las dos anteriores: reformar el modo en que políticos y funcionarios públicos usan el dinero que les damos. Mientras muchos estadounidenses viven con un magro cheque o una pensión del Seguro Social, tienen cada mes que decidir si compran comida o medicinas, y no les alcanza para pagar el techo, aumentan los burócratas del gobierno, sus salarios y beneficios. EEUU gasta fortunas para financiar la lealtad política de sus aliados en todo el mundo, financia a la inservible ONU y sus programas de desarrollo.
El gobierno no sabe usar correctamente el dinero que le damos y esa es la principal causa de este precipicio económico al que nos encaminamos. Por otra parte, no vemos el fin de esta eterna contienda entre tirios y troyanos para lograr un acuerdo razonable y sensato a los graves problemas económicos de la nación, a pesar de que contamos con personas calificadas para hacerlo.
José M. Izquierdo


2 comentarios: