En
el mes de noviembre celebramos Thanksgiving Day o El Día de Acción de
Gracias. Es una celebración tradicional de Estados Unidos que se celebra
el cuarto jueves del mes de noviembre. Por lo general, la familia y
amigos se reúnen a compartir una gran cena, aunque sus orígenes son
religiosos, se considera una festividad secular. En muchos hogares se
ofrece una oración de gracias. El plato tradicional para la cena es un
pavo relleno, maíz dulce, salsa de arándanos, papas asadas, pastel de
calabaza y jalea, entre otros platos. Es el principio de las
celebraciones navideñas y es un día para dar gracias a Dios todopoderoso
por su misericordia y por todas sus bendiciones.
Aprendamos de
Jesús que fue agradecido y lo manifestó en diferentes ocasiones durante
su vida pública. La gratitud es una virtud y tenemos muchas
oportunidades para ponerla en práctica cada día. El 1 de enero de 1795,
el primer presidente George Washington escribió su famosa proclamación
de acción de gracias, en la cual él dice que “es nuestro deber como
personas con devoción y agradecimiento, reconocer nuestras obligaciones
al Dios todopoderoso, e implorarle que nos siga prosperando y
bendiciendo”. El jueves, 19 de febrero de 1795, apartó así ese día como
el Día Nacional de Acción de Gracias. El 3 de octubre de 1863, Abraham
Lincoln proclamó por carta del congreso, un día nacional de acción de
gracias y adoración a nuestro padre benefactor, quien mora en los
cielos, anunciado en las Sagradas Escrituras y confirmado a través de la
historia, que aquellas naciones que tienen al Señor como su Dios, son
bendecidas.
Es un día para pedir a Dios que bendiga a esta gran
nación en estos momentos de crisis, a nuestro Presidente, a todos los
que forman este gobierno y a los que vivimos en esta democracia.
Cambiemos la queja por la gratitud y la alabanza, eso es ¡ser
agradecidos!
¡Que la mano de Dios preserve la paz mundial, nos multiplique, enriquezca y fortalezca!
Elsa I. Pardo
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