Da gusto vivir todos y cada uno de los momentos que desde hace meses hemos venido experimentando como parte de las campañas de ambos candidatos por obtener el voto de los ciudadanos de este gran país.
No podemos evitar no pensar en nuestros propios países al sur de la frontera en donde en las elecciones lo que prima es el fraude y la corrupción como norma, con algunas escasas excepciones.
Este país tiene una pobre asistencia a los colegios electorales, una de las más bajas del mundo.
Pero por lo que hemos visto, estas elecciones se han caracterizado por un enfoque totalmente nuevo. Se ve el entusiasmo y los deseos por votar entre los ciudadanos aptos para ello. Las boletas ausentes han aumentado una enormidad. Se han dado situaciones raras veces vistas, como los electores exigiendo más tiempo para votar.
En fin, lo que más ha caracterizado estas elecciones presidenciales son los resultados de las encuestas realizadas. Prácticamente todas muestran una diferencia ínfima entre uno y otro y eso, en mi opinión, lo considero muy positivo. Quiere decir que hay tantas razones válidas por votar por Romney como por Obama, lo que ha beneficiado económicamente a los medios en general. Y por otro lado la muy activa participación del pueblo es algo que no se veía desde hacía tiempo. Y eso es bueno.
Escribo esto antes de conocerse el resultado. A los dos le deseo Dios los ayude en el desempeño de sus funciones.
Estamos demostrando al mundo qué pasa en una verdadera democracia cuando llega el momento de elegir presidente: orden, respeto y alegrías.
Jorge J. Gastón