lunes, 9 de agosto de 2010
LA FIESTA BRAVA.
La llamada “Fiesta Brava” no es otra cosa que un espectáculo de crueldad salvaje que nada tiene que ver con el arte. Y es que no puede haber arte donde se tortura horrible y lentamente a un animal sometiéndolo a días de sufrimiento, desde un encierro en la más absoluta oscuridad, hasta que lo sueltan a una plaza llena de luz que hiere sus ojos a los que previamente le han echado limón o vinagre. El toro entonces, busca con desesperación una salida, pero sólo encuentra hombres (¿o bestias) que lo torturan con una pica que termina en gancho que le destroza los músculos del cuello y le hace un hueco sobre su lomo que se llena de sangre y sobre el mismo, le clavan banderillas hasta matarlo.
Los defensores de esta masacre que se maravillan viendo torturar a animales indefensos, criados, aplauden frenéticamente cuando al final de “la suerte máxima” el pobre toro, herido, desgarrado y agónico cae después de recibir la estocada final que muchas veces se repite varias veces y si éstas no son suficientes, es necesario rematarlo con un puntillazo, que es un clavo inmenso que le clavan en el cuello con la ayuda de un martillo.
¿Por qué será que la Sociedad Protectora de Animales no ha podido hacer nada para frenar esta aberración? Sencillamente, porque es un negocio que genera turismo y, por lo tanto, muy lucrativo.
Los estadounidenses, canadienses, asiáticos, australianos y europeos. que tanto condenan esta práctica, cuando van a España, lo primero que hacen es comprar boletos para asistir a “La Fiesta Brava” a la que van jubilosos y eufóricos.
El fanatismo ciega a los aficionados que consideran un arte esta barbarie, argumentando que, quien esté en contra de la tauromaquia y no quiera ver una corrida de toros, simplemente no la vean. Es decir, que volteen el rostro hacia otro lado e ignoren la carnicería. Pero, éste es un argumento muy pobre, porque entonces se podría decir lo mismo de todo lo que implique crueldad hacia los animales.
Las riñas de gallo son consideradas prácticas crueles. Sin embargo, a pesar de que son sangrientas e inaceptables, son más igualitarias. En una corrida de toros, el animal no tiene la posibilidad de salir con vida, ni siquiera la de una en un millón, porque si hiere o mata al torero, viene otro a acabar con la suya.
Desafortunadamente, estas contiendas que llegaron a América con la conquista española, fueron aceptadas de buen grado por algunos de nuestros países latinoamericanos. ¡Qué tristeza!
Desde cualquier ángulo que se mire, estas prácticas de crueldad hacia los animales son perversas y deberían ser rotundamente prohibidas.
José M. Burgos S.
burgos01@bellsouth.net
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REAL MENTE LAS CORRIDA DE TOROS SON VIOLENTAS Y SANGUINARIAS PARA EL ANIMAL PERO A MI ME GUSTA.
ResponderEliminarJACINTA
cruel sadico asqueroso ciudadano de poco valor que te guste ver estas cosas a mi me gustaria ver como te violan 20 hombres y al final te asfixian jejejejeje
Eliminares una cruedad todo esto de las corrida de toros.bien por que se acaben.
ResponderEliminaraurelio.
la verdad eres un ignorante maricon
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