martes, 30 de abril de 2013

El dilema de la inmigración

 Una reforma migratoria (RM) es un reto para EEUU. En ese empeño, el presidente Barack Obama ha comprometido su palabra y legisladores de ambas cámaras se mueven a favor y en contra, presionados por diferentes corrientes de la sociedad y los grupos en pro y en contra de los inmigrantes ilegales.

Una RM en EEUU es ante todo un problema humano que decide el destino de millones de personas, hombres y mujeres que viven y trabajan en la sombra dentro de una sociedad que no los reconoce, una economía que los utiliza y políticos que los usan y los abandonan.

Pero no es necesario mentir para impulsar una RM, diciendo que la mayoría de los estadounidenses la apoyan, con solo esgrimir el factor humano ya es suficiente. Precisamente, lo que impide a muchos senadores y congresistas apoyar abiertamente una RM, es el temor a perder el voto de un importante sector de estadounidenses, que odian y no apoyan la legalización de los inmigrantes ilegales.

Tampoco se puede asegurar que legalizar a millones de indocumentados va a repercutir positivamente en la economía nacional. Es cierto que serán millones más en pagar impuestos, pero también es cierto que son millones más en buscar trabajo legal, en un país con un alto índice de desempleo. Las personas que serán legalizadas, son en mayoría personas de bajos recursos que cuando dejen de ser indocumentadas, tienen también el derecho de recibir los beneficios sociales para personas de bajos recursos y desempleados, y serán numerosas las solicitudes.

Una RM es ante todo un problema de seguridad nacional. EEUU debe tener control de sus fronteras y de las personas que viven en esta nación. Además, es necesario y humano poner fin a la tragedia de millones de personas que ya están aquí, y están todos los días en peligro de ser deportados separando así a familias, que en demasiados casos ya no tienen vínculos con sus países de origen.

José M. Izquierdo


sábado, 27 de abril de 2013

EL ODIO

Tanto el odio como el amor son pasiones que alteran el ánimo.

El odio es la aversión hacia alguien o algo tan grande, que quien lo siente desea el mal a la persona o el asunto odiado.

Muchas personas piensan que el odio es el sentimiento opuesto al amor. Sin embargo, es frecuente que los amantes engañados experimenten un profundo odio hacia el ser que amaban.

El odio no es lo contrario al amor, lo opuesto es la indiferencia.

El odio suscita violencia. Cuando un país está a punto   de iniciar una guerra, promociona un odio irracional hacia "los enemigos" para justificar el abuso de poder que conlleva a la anarquía, los atropellos, las violaciones y el desorden.

Pero no siempre el odio es irracional, es normal que alguien sienta odio hacia aquellos que causan daños irreparables, como por ejemplo, el asesinato de un ser querido.

No se puede culpar a un hijo que odia a un malvado que, sin el más mínimo asomo de piedad, asesinó a sus padres. ¿Quién puede culpar a la madre que siente odio hacia el dipsómano que por irresponsabilidad y descuido atropelló con su auto a su hijo lo deja parapléjico, y que en vez de remordimiento muestre total indiferencia?

Un funcionario que se apropia del dinero destinado a la construcción de una escuela o un hospital, se hace acreedor del odio de los afectados.

El odio es un tema del que poco se habla, pero es un sentimiento que, por algún motivo, siempre está presente  en el corazón de algunas personas.

 José M. Burgos


lunes, 22 de abril de 2013

LA RAMPA.


Era la Década del 70 donde pase muchas noche bellas en la majestuosa La Rampa,tramo por todo L hasta el Malecón.Los recuerdos fundamentales como Músico en esa época fueron maravillosos.Recuerdo en el Hotel Nacional,Cabaret Parisiense un grupo de un país Socialista que ahora no recuerdo su nombre,el cual fue impresionarte su actuación.

Eran tiempos difíciles,que un buen espertaculo nos transporta a un Mundo desconocido por completo.La Rampa era una Magia donde la noche no tenia fin,los estudios de television,los centros de espectáculos con música en vivo todos los día,los Mosaicos de sus aceras,los Hoteles,el gentío de personas de Coppelia hasta el malecón,de arriba a bajo,entre sus calles que travesaban el perímetro de unas cinco cuadra.

Después para completar esa magia vinieron los Carnavales de la Habana por toda la avenida del puerto hasta la Rampa.Me toco trabajar como Músico en la carroza de Aeronáutica civil.Pura música,mujeres bellas,carrozas formidables sobre todo la del Ministerio del Azúcar.
Fue una de mis mejores experiencia como Músico lo que pude tener conociendo la bella Rampa.

Julio Rivadulla

lunes, 15 de abril de 2013

RESULTADO SOSPECHOSO

En Venezuela sucedió lo que se esperaba, un fraude gigantesco.

Las sospechas del fraude se hicieron evidentes cuando tardaron más de cuatro horas de lo previsto, en unos escrutinios hechos a puerta cerrada.

Finalmente salieron. una funcionaria ultra chavista, que no podía ocultar la dicha en su rostro, anunció que el nuevo presidente titular era Nicolás Maduro y que los resultados eran irreversibles.

Aunque la ineptitud del ahora presidente de los venezolanos es de todos conocida y es obvio suponer que. quien gobernará no será él sino otros que están detrás suyo y lo mueven como a una marioneta.

Lo que sí ha demostrado Maduro, es que cada vez que habla no se puede expresar sin mencionar el nombre de Hugo Chávez y la repetición de las palabras burguesía y oligarquía, pero no ha sido capaz de presentar un programa serio de gobierno.

El presidente venezolano deberá tomar medidas urgentes para detener la aguda crisis económica y social por la que atraviesa el país, a pesar de los altos precios del petróleo.

La devaluación del Bolívar decretada en un 46 por ciento, se ha visto reflejada en el escala de precios en artículos de primera necesidad se ubique en hasta un 50 por ciento y que la inflación haya llegado a alrededor de un 10 por ciento en lo que va del año.

El futuro del país bolivariano es muy incierto.


José M. Burgos S.

jueves, 11 de abril de 2013

La felicidad

Todos anhelamos ser felices y erróneamente creemos que el poder y la riqueza son los mejores medios para lograr la dicha. Pero en realidad, la felicidad no siempre se consigue a través del poder y la riqueza porque sin salud y sin amor, es imposible.

La felicidad es un estado de ánimo que produce una gran satisfacción. La persona que está feliz se siente en paz, contenta y complacida. No obstante, su concepto es subjetivo y relativo. No existe un índice de felicidad o una escala que pueda medir el grado de dicha de un individuo.

Por lo general, el ser humano siente una felicidad temporal cuando logra un objetivo o cuando consigue solucionar algún problema que lo intranquiliza. La sensación de paz que nos proporciona un deber cumplido y una conciencia limpia se puede traducir como una especie de felicidad.

Hay gente que busca la felicidad en un futuro que va más allá de la muerte. Es decir, personas que creen que la alcanzarán a través de una interesada fe inculcada por la familia o por algún predicador que promete que lograrán la dicha eterna en un edén que ellos mismos no conocen.

La mayoría de los seres humanos prefieren aparentar una felicidad inexistente y ser admirados, que infelices y ser compadecidos.

José M. Burgos S.

SARA MONTIEL

Recuerdo como si fuera hoy cuando allá en mi Habana querida hicimos cola para ver El último cuplé y La Violetera, dos películas protagonizadas por Sara Montiel. Fue tal el impacto de esas películas, que aquella juventud habanera empezó a maquillarse los ojos como Sarita –como la llamábamos cariñosamente en Cuba–, usando aquella raya blanca que bordeaba sus pestañas y los labios pintados de un tenue y brilloso color rosado. En ese tiempo la firma francesa de cosméticos Lancome lanzó al mercado creyones de labios de brillosos y preciosos tonos de rosado. Yo pienso que tal vez el impacto de la belleza de Sara, cuyas películas se exhibían en el mundo entero, tuvieron que ver con ese detalle.

A las cubanas nos encantó Sarita Montiel. Los radios no se cansaban de tocar las canciones que ella hizo famosas como Nena, El Relicario, Fumando espero, El polichinela, etc.

Cuando Gaspar Pumarejo la presentó en el teatro Blanquita de La Habana, no se cabía en el local. Sara fue más que encantadora con el público, complaciendo pedidos de canciones a todos. Recuerdo que estaba bellísima, con un vestido de seda negro, estilo imperio, de escote generoso. Sara Montiel fue una artista genuina que nunca le tuvo miedo al qué dirán.

Me entristece decirle adiós a esta maravillosa artista que fue una de las divas preferidas de mi juventud en aquella bellísima y bullanguera Habana, todavía libre de la bota del castrismo. En paz descanse Sara Montiel, que marcó una época preciosa en el cine español.

Martha Pardiño

viernes, 5 de abril de 2013

La vida es una basura

A veces pienso lo injusta que es la vida, sobre todo, cuando veo por la tele las galas de los artistas, las fiestas del jet set, las excentricidades de los millonarios, las comidas que se organizan para ayudar a la niñez o a las mujeres abusadas por sus parejas, con cubiertos que cuestan miles de dólares. Tanto dinero despilfarrado, tanta ostentación, tantas joyas, vestidos, zapatos y bolsos diseñados por modistos de moda, que cuestan una fortuna. Casas llenas de un lujo asiático, cuyos dueños casi no las viven porque tienen muchas residencias más, igualmente lujosas. Tanta comida que se tira a la basura…

Y hace sólo tres semanas leí en un periódico que un pobre hombre que perdió su empleo, que lo botaron de su casa porque no podía pagar el alquiler, está viviendo con su mujer y sus tres hijos en un auto. Allí duermen, se asean como pueden, allí comen, y allí sus hijos juegan. Y entonces me pregunto ¿dónde está todo el dinero recolectado para ayudar a los niños, a las mujeres maltratadas, a los sin-techo, a los desempleados…?

Es por eso que pienso que la vida no sólo es injusta, es una basura…

Martha Pardiño


La inmigración ilegal

El Departamento de inmigración en EEUU, establece por períodos de tiempo un sistema de lotería de visas para diferentes países del mundo. Las mejores y más calificadas personas de esos países, se alistan y esperan durante años el privilegio de ser premiados con una visa, que casi nunca les llega.

Sin embargo, mientras ellos esperan disciplinados una visa para viajar a los EEUU, millones de personas, entran ilegalmente al país por sus fronteras. Personas, que después de cruzar la frontera, dejan de ser un problema para los gobiernos de sus países de origen, y se convierten en una carga pública para los EEUU.

Políticos al más alto nivel y el presidente Barack Obama, intentan hasta ahora sin éxito, hacer una “Reforma migratoria”, como solución a una masa humana que trabaja y vive en la sombra y no es posible ignorar. Pero ese esfuerzo tanto de demócratas como de republicanos, no es real ni genuino, responden al interés pasajero de coyunturas políticas, que se apagan cuando el necesario interés termina.

¿Cuál sería la solución correcta sin ser injustos y crueles?, la solución perfecta no existe. Una amnistía general es injusta para los que esperan por una visa legal y es premiar a los que están aquí violando la ley. Repatriarlos a todos, es casi imposible y cruel. Una combinación de ambas cosas, visas de trabajo temporal, endurecimiento de las leyes, quizás por ahí esté el camino. Pero lo más importante es que exista voluntad de enfrentar el problema tal y como es, y no se vincule más el tema a los intereses políticos.

Para los EEUU, su economía y su seguridad, lo correcto sería que entren a este país, personas escogidas por las loterías de visa, con visas de trabajo y por reclamaciones de acuerdo a las necesidades laborales y posibilidades de la nación y no de forma ilegal.

José M. Izquierdo